Algias Pélvicas
JC fue enviada al Servicio de Ginecología del Hospital Marqués de Valdecilla por algias pélvicas. Se denominan así los dolores indeterminados en la región pelviana que no forman parte de la sintomatología del embarazo, ni del ciclo mestrual ni de las relaciones sexuales.
Las algias pélvicas, junto a la congestión pelviana y cuadros dolorosos de origen difuso que afectan al vientre bajo de mujeres en cualquier edad, ocupan una proporción variable pero alta, entre un 10 y 30%, de las pacientes que acuden a las consultas de ginecología.
El Tratado de la SEGO sobre Ginecología, Obstetricia y Medicina de la Reproducción le dedica un capítulo completo, el 153: Dolor pelviano. Síndrome de congestión pelviano (J.A. Usandizaga Beguiristain y R. Usandizaga Elio), formando parte a su vez este cuadro doloroso de una atención especial en la Sección de Ginecología psicosomática.
Este tratado enumera en las algias pélvicas causas ginecológicas y no ginecológicas con arreglo a la siguiente clasificación:
Dolor de origen ginecológico:
- Endometriosis.
- Enfermedad inflamatoria pélvica.
- Varices pélvicas
- Síndrome adherencial
- Congestión pelviana
- Síndrome de ovario residual tras intervenciones, fisuras de ligamento ancho.
Dolor de origen no ginecológico:
Digestivo, principalmente colon irritable, colitis, enfermedad de Crhon divertículos.
Urológicos, sobre todo cistitis, síndrome uretral, disinergias vesicales.
Musculoesqueléticos (artrosis, fibromialgia, patología de la columna)
Dolor de origen psíquico.
Por tanto, la pregunta que nos hacemos en este caso es:
¿Qué pauta de actuación debe seguirse ante una paciente con algias pélvicas?
Principalmente la exclusión de otras causas y reservar la parcela quirúrgica o endoscópica solo para cuando estas se hayan agotado.
Las algias pélvicas no tienen Protocolo específico dentro de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), pero el Tratado describe los pasos que deben seguirse:
El primer paso es indagar mediante una adecuada anamnesis la naturaleza del dolor: localización, relación con procesos digestivos, urológicos, posturales, locomoción, etc.
Posteriormente analizar el relato de síntomas que la paciente aqueje, al igual que conocer sus antecedentes patológicos, quirúrgicos, obstétricos (número de partos, si instrumentados o por cesárea), etc.
Proceder a una exploración integral de la paciente tanto física como psicosomática, con remisión a otros especialistas, y finalmente solicitar pruebas complementarias: Radiografía simple, TAC, RMN, ecografía, analíticas de sangre, de orina, cultivos de exudado vaginal. Recurriendo a las quirúrgicas, laparoscopia, cistoscopia, rectoscopia, solo cuando se hayan agotado todas las posibilidades.
En el caso de JC no consta se indagara parcela médica alguna por el médico de cabecera cuando la envía directamente al Servicio de Ginecología.
Una vez en el Servicio de Ginecología, el hallazgo de un quiste de ovario de 17 mm, considerado de carácter simple seis meses más tarde y del que no se sospechará patología grave pues ni marcadores tumorales se solicitan, no suponía un hallazgo lo suficientemente enjundioso como para dejar sin investigar otras causas de algias pélvicas, más frecuentes aún que las ginecológicas en una mujer de 67 años.