Incontinencia
INCONTINENCIA URINARIA (IU)
La incontinencia urinaria se produce cuando existe una debilidad en los músculos y tejidos que rodean vejiga y uretra que evitan el cierre completo de la uretra provocando escape de orina. Se calcula que en una población como la española afecta a dos millones de personas, y de estas un 50% son mujeres mayores de 60 años. La Asociación Española de Urología define la incontinencia urinaria como «cualquier pérdida de orina que sea involuntaria» .
Los tipos de incontinencia urinaria comprenden:
- Incontinencia de esfuerzo. La orina se escapa cuando ejerces presión sobre la vejiga al toser, estornudar, reír, hacer ejercicio o levantar algo pesado.
- Incontinencia imperiosa. Tienes una necesidad repentina e intensa de orinar, seguida de una pérdida involuntaria de orina. Es posible que tengas que orinar con frecuencia, incluso durante toda la noche. La incontinencia imperiosa puede deberse a una afección menor, como una infección, o a una enfermedad más grave, como un trastorno neurológico o diabetes.
- Incontinencia por rebosamiento. Tienes goteo de orina frecuente o constante debido a que la vejiga no se vacía por completo.
- Incontinencia funcional. Un deterioro físico o mental te impide llegar al baño a tiempo. Por ejemplo, si tienes artritis grave, es posible que no puedas desabotonarte el pantalón lo suficientemente rápido.
- Incontinencia mixta. Tienes más de un tipo de incontinencia urinaria.
Factores de riesgo
Los factores que aumentan el riesgo de padecer incontinencia urinaria comprenden:
- Sexo. En las mujeres la incontinencia urinaria es más frecuente por el embarazo, el parto, la menopausia y su propia anatomía. Los hombres con problemas de próstata tienen riesgo elevado de sufrir incontinencia imperiosa y por rebosamiento.
- Edad. Los cambios que sobrevienen con la edad reducen la cantidad que la vejiga puede retener y aumentan la posibilidad de liberar orina involuntariamente.
- Tener sobrepeso. El exceso de peso aumenta la presión sobre la vejiga y los músculos circundantes, lo que los debilita y permite pérdidas de orina.
- Fumar. El consumo de tabaco puede aumentar el riesgo de padecer incontinencia urinaria.
- Antecedentes familiares. Si un familiar cercano tiene incontinencia urinaria, en especial, incontinencia imperiosa, hay mayor riesgo de padecer la afección.
- Otras enfermedades. Las enfermedades neurológicas o la diabetes pueden aumentar el riesgo de incontinencia.
Dentro de los factores de riesgo el parto vaginal asistido mediante fórceps o ventosa se identifica como factor de riesgo para la IU postparto y se asocia con una mayor incidencia del trauma perineal, empleo de episiotomía y aumento de las probabilidades en el desarrollo de IU al relacionarse con trabajos prolongados de parto, macrosomia y presentación anormal del feto durante el parto. En un estudio de cohorte con 12679 mujeres primíparas se identificó que el 26% padecieron IU después de la entrega con ventosa y el 30% tras un parto con fórceps [1]. El daño que se produce, ya sea desgarro o lesión de las terminaciones nerviosas, después de un parto instrumental puede derivar en una lesión global que conduzca a una disfunción severa del suelo pélvico[2] .
El diafragma pélvico está constituido por los músculos elevadores (pubocoxigeo, puborectal, iliocoxigeo) y los músculos coxígeos y el diafragma urogenital sostenido por el músculo transverso profundo. Estos músculos se disponen en forma de embudo de sujeción formando la mayor parte del suelo de la pelvis. Los ligamentos interactúan con los músculos, presentando una función dinámica que supone, no solo un soporte mecánico sino además una parte fundamental del mecanismo de continencia urinaria.
INCONTINENCIA FECAL
Se llama así a la emisión accidental de heces o mucosidad por incapacidad para retener la deposición, haciendo que la persona defeque en la ropa interior o emita gases sin advertirlo ni poderlo impedir y conformando un cuadro clínico altamente perturbador y vergonzoso para la paciente. En la mujer joven el traumatismo durante el parto es la causa casi exclusiva del problema.
El intestino grueso o colon absorbe el agua y electrolitos de los alimentos digeridos que pasan desde el intestino delgado. Compacta el bolo alimenticio en forma de heces para su desecho y de ahí pasan al recto, última parte del intestino grueso también llamada colon sigmoide, desde donde son excretados al exterior a través del ano.
El conjunto de músculos, ligamentos, esfínteres del ano y nervios del periné tienen como función mantener las heces en el recto, informar a la persona cuando el recto está lleno y evacuarlas.
Los esfínteres son pequeños músculos circulares que se cierran como gomas elásticas alrededor del ano, constriñéndolo hasta que las heces estén listas para su excreción. Entretanto impiden su evacuación en una función idéntica a la que realiza en la vejiga urinaria el esfínter de la uretra para retener la orina.
Las pruebas que se realizan para su diagnóstico son:
- Manometría anal
- Ultrasonido anal
- Resonancia magnética
- Defecografía
- Sigmoidoscopia flexible o colonoscopia
- Electromiografía anal
Para su tratamiento se emplea una variedad de recursos que van desde la Estimulación eléctrica o neuromodulación, en la que se colocan electrodos desde los nervios sacros al ano y al recto y se estimulan con impulsos eléctricos. La persona puede encender o apagar el estimulador en cualquier momento. El procedimiento se realiza en un centro ambulatorio utilizando anestesia local.
Esfínter anal artificial, se coloca un manguito inflable alrededor del ano y se implanta una pequeña bomba debajo de la piel que la persona activa para inflar o desinflar el manguito.
Agentes volumétricos no absorbibles que se inyectan en la pared del ano para aumentar el volumen del tejido alrededor del ano. Los tejidos con mayor volumen achican la abertura del ano de modo que los esfínteres puedan cerrar mejor.
Como procedimientos quirúrgicos está la Esfinteroplastia, la cirugía más frecuente para la incontinencia fecal, que vuelve a conectar los extremos separados del esfínter desgarrado por el parto.
Derivación del intestino, es una operación que desvía el extremo inferior del intestino delgado o colon a una abertura en la pared del abdomen donde se coloca una bolsa externa para recoger las heces.
[1] Wesnes SL, Lose G. Preventing urinary incontinence during pregnancy and postpartum: a review. International urogynecology journal 2013;24(6):889-899.
[2]Espuña‐Pons M, Solans‐Domènech M, Sánchez E. Double incontinence in a cohort of nulliparous pregnant women. Neurourol Urodyn 2012;31(8):1236- 1241.