Muerte Fetal Intraútero

Muerte Fetal Intraútero

La Organización Mundial de la Salud define la muerte fetal como aquella que acontece antes de la expulsión o extracción completa de su madre de un producto de la concepción, con independencia de la duración del embarazo. La muerte se diagnostica por el hecho de que después de dicha separación, el feto no respira ni muestra ninguna otra evidencia de vida: latidos cardiacos, pulso en el cordón umbilical o movimiento de los músculos voluntarios.

Cronológicamente la muerte fetal se clasifica:

La causas de muerte tiene su origen en el feto en el  25-40% de los casos. En la placenta en un 25-35%. Y en la madre en un 5- 10%. Resta un grupo de muertes fetales cuya causa se desconoce y que abarca un 25-35% de las mismas.

La investigación de la etiología de muerte se centra principalmente en el estudio anatomopatológico de placenta y feto. También la relación entre los antecedentes maternos clínicos y los resultados de laboratorio, siendo las causas de origen bacteriano las habituales responsables en pérdidas gestacionales antes de la semana 28. La utilidad de conocer la causa de la muerte tiene utilidad práctica para evitar que ocurre en posteriores gestaciones.

El feto muerto una vez retenido en un medio aséptico como el líquido amniótico sufre un fenómeno llamado maceración que consiste en la destrucción tisular progresiva de la piel y órganos internos. Debido a que el cuerpo materno está a 37⁰ C se acelera la autolisis  o destrucción celular ante la ausencia de oxígeno, cambios fermentativos anaeróbicos que suceden  por la acción de los enzimas celulares sin intervención bacteriana.

Según el tiempo transcurrido entre la muerte fetal y su expulsión se van sucediendo las siguientes Grados de Maceración:

Maceración Leve o Grado 1.

El primer signo de autólisis aparece pasadas seis horas postmortem y consiste en la epidermolisis o esfacelación, la piel comienza a despegarse y el cordón umbilical adquiere una coloración rojoparduzca. Tras doce horas postmortem la esfacelación incluye cara, abdomen y áreas de la espalda.

Cuando la esfacelación ha alcanzado al menos un el 5% de superficie corporal puede decirse que han transcurrido más de dieciocho horas postmortem. A las veinticuatro horas aparecen vesículas subepidérmicas llenas de líquidos (bullas subepidérmicas) con bordes blanquecinos diferentes a las producidas por infección. La ruptura de las ampollas deja, a menudo, grandes zonas de piel al descubierto y la hemólisis da al tejido una coloración rojo- violeta.

Maceración Moderada o Grado 2.

Después de siete días postmortem el cerebro muestra consistencia semilíquida, hay separación de suturas craneales y aparece cabalgamiento óseo. Entre siete y quince días posteriores aparece laxitud de tejidos blandos periarticulares con aspecto de desarticulación.

Maceración Grado 3. Con más de dos semanas postmortem se inicia la deshidratación de los tejidos con resultado de feto papiráceo o momificación.

La putrefacción tisular por invasión bacteriana y corioamnionitis en caso de rotura de membranas obedece a fenómenos diferentes a los de la autolisis por maceración