Ginecología

La ginecología general abarca las enfermedades del aparato genital femenino que se apartan, en principio, del diagnóstico precoz del cáncer. Aunque hay que tener en cuenta que todo lo que hoy compete a la ginecología moderna tiene ese enfoque, no en vano lo que se pretende descartar en cualquier chequeo ginecológico es si la paciente se encuentra cerca de un proceso canceroso presente o futuro.

La ginecología general incluye el diagnóstico de una serie de procesos:

1. Infecciosos. Un ejemplo son las infecciones del canal vaginal por hongos y bacterias afines, como las muy severas infecciones contagiadas sexualmente, que pueden llegar a dañar de forma importante los genitales internos y causar esterilidad.

2. Incontinencia urinaria. Prolapsos. Alteraciones del suelo pélvico.

3. Tumores benignos: Quistes y formaciones carnosas en la vulva y en la vagina.

4. Pólipos en el cuello de la matriz y en su interior (pólipos endometriales).

5. Miomas (Quistes uterinos benignos, pero que pueden crecer desmesuradamente y causar hemorragias e infertilidad, necesitando cirugía.

6. Quistes de ovario. Quistes que tienen una variedad de presentación impresionante, pudiendo ser desde absolutamente normales (quistes de la ovulación) hasta productores de hormonas y otros, como la endometriosis, acarrear esterilidad completa a la paciente que la padece necesitando cirugía en todos los casos para resolverse.

-PRUEBAS COMPLEMENTARIAS HABITUALMENTE UTILIZADAS:

1. Frotis: Es la toma en fresco de una muestra del flujo vaginal y su visualización al microscopio en la misma consulta y sobre la marcha. O bien la obtención de esa muestra para realizar un cultivo de la secreción y buscar gérmenes infecciosos. Se lleva a cabo con una torunda y es una práctica indolora.

2. Citologías. Con un escobillón parecido a la torunda del ejemplo anterior y una espátula de madera se practica un barrido del cuello uterino para llevarlo al laboratorio y analizar el riesgo de cáncer. Es el método conocido como Papanicolau, en honor del médico que lo ideó, y desde hace cuarenta años figura como primer escalón en el diagnóstico precoz del cáncer de cuello uterino.

3. Colposcopia: Visualización a gran aumento de toda la extensión del cuello uterino, en el que se realizan una serie de tinciones con sustancias que ponen de manifiesto las áreas lesionadas de su epitelio. Combinada con la citología permite la práctica de una biopsia cuando una u otra son dudosas. Modernamente se ha añadido a esta batería de pruebas:

4. Cultivo del Virus del papiloma humano (HPV). Una técnica de cultivo celular que permite identificar sí hay presencia del virus que se considera presente en todos los casos de cáncer de cuello uterino. El estudio de su presencia y de la capacidad de agresividad de su cepa complementa la citología y la colposcopia permitiendo que si se combinan periódicamente estos tres métodos se consiguen detectar por encima del 99% de los cánceres de cuello uterino. Una cifra apabullante, pero impresiona más pensar que a corto plazo se podría detectar precozmente el cien por cien de este tipo de cáncer.

5. Ecografía transvaginal doppler y 4D. Tanto el interior del útero como su corteza externa como el grueso espesor de sus paredes son el ámbito de actuación de la ecografía color. Permite identificar procesos de la endometriosis (la endometriosis, crecimiento en el espesor de la mucosa del útero, endometrio, que reviste interiormente el útero).

6. Ecografía mamaria doppler y 4D.

7. Ecografía abdominal.